Resulta
necesario resaltar el carácter solidario con que se consideran
todas las cuestiones relacionadas con la caza. Por tal motivo
conviene señalar el sentido notable que ha adoptado desde hace
bastante tiempo. Se ha unido como un miembro más a la corriente
caritativa que tiene la finalidad de auxiliar a los más necesitados.
Desde el seno de los diversos y distintos asociacionismos de que está
compuesta la actividad cinegética española surgen numerosos y
eficientes proyectos de colaboración con organizaciones humanitarias
no gubernamentales que gestionan fondos de ayuda destinados a las
personas sin recursos.
No
le son para nada ajenas a la caza estas causas que son origen de
especial sensibilidad. Hace tiempo que ha tomado conciencia y actuado
en razón de que prevalezcan hacia nuestros semejantes en situación
crítica alimentaria, sus sentimientos de solidaridad. Algunas
delegaciones provinciales del Banco de Alimentos, Caritas, Cruz Roja,
etc., han sido las destinatarias de importantes partidas de alimentos
compuestos de lotes de carne procedentes de diversas cacerías,
donados por parte de las organizaciones gestoras e instituciones de
caza para su distribución en los hogares donde más lo necesitan,
que lejos de paralizarse el sector en este compromiso contraído de
forma voluntaria, lo sostiene y amplía, mejorando calidad y
cantidad. Aquí en Asturias, sin noticias que se tengan por el
momento de estos procesos. Bueno sería que desde los organismos
públicos, federación y sociedades gestoras de caza, homogenizasen
un manual de uso que contemplase estas posibilidades. La caza
asturiana tiene capacidad de sobra para poder hacerlo.
Pero
este rasgo de condición altruista asociada de la caza no termina
solamente en la voluntad de asistir, dentro de sus posibilidades, a
los más necesitados. La caza cumple con generosa actitud otras
funciones con la sociedad. A través del dinámico movimiento en el
gasto e inversión que genera su actividad se encuentra
permanentemente posicionada como un elemento definitivo en la
generación de ingresos de numerosas industrias y la amplia
multiplicidad de subsectores que lo integran, lo cual, por deriva, le
concede la importancia de constituirse en un elemento de
participación constructiva.
Por
eso una de las asignaturas pendientes de aprobar que tiene el mundo
de la venatoria, es el de dotar de la suficiente información a la
ciudadanía sobre el desarrollo de su ejercicio y lo que de verdad
representa. Aquí en Asturias no se hace nada de esto. Resulta muy
necesario dar a conocer y afianzar el valor que tienen la caza y su buen ejercici para una mejor comprension y reconocimiento.