EL EMBLEMATICO " CANTU EL OSU"
DEL PARQUE NATURAL DE REDES-ASTURIAS.
Entre otras actitudes, si algo se tiene que destacar en lo que atañe a la personalidad de este nuevo responsable que le diferencie de algún predecesor en el cargo recien estrenado, es que su lugar de trabajo no será punto de reunión ni de encuentros de fingida afinidad y lazos compartidos en donde, tal vez se cruzaban dudosos intereses. En ese sentido no habrá trashumancia por su despacho. No será ese el ambito en que se mueva por carecer de relación intensa con los cazadores.
Dicho lo cual sobre mi creencia, mostraré mi desavenencia, para ello no me extenderé mucho, seré poco explícito, no iré mas allá de señalar una contrariedad, toda una evidencia que denota mal entendimiento desde la institución pública de la situación dolosa que en la actualidad atraviesa la actividad cinegética en nuestra región (la caza en Asturias se encuentra huerfana desde los puesto de máxima jerarquía de la administración de personas comprometidas con este sector, comprensivas y proximas a la especial idiosincrasia que la define; lo que menos necesita en el tiempo actual el estamento cinegetico de nuestra región, en momentos que se presumen cruciales para su futuro, es que para su gestión y ordenamiento arriben a puestos de dirección personas en clara sintonía con lo que representa el más puro estilo del metodo ecologista, contrario y muy critico con la caza.)
Dejaré plasmadas unas líneas de lo que pienso sobre la “reentre” de este funcionario en un grado profesional más bajo del que con anterioridad desempeño en la Consejeria de referencia pero aún dotado de cierta importancia y transcendencia como Jefe de Servicio de Caza y Pesca del Gobierno del Principado, viejo conocido de los aficionados asturianos a este deporte debido a la singularidad de su trato inocuo hacia los mismos (Ya me referí a su talante solamente en aspectos profesionales, no cabía en mi intención otra cosa, a través de este blog, lo hice en su cese como Director Gral. De la Biodiversidad y del Paisaje de Asturias, alimentando el anhelo, por mi parte, de no verlo de nuevo situado en cometidos cinegéticos de esta índole, desprendiendo como caracteristica tipica de su labor, supuesta falta de afecto y atención hacia la caza y los cazadores). Pero los designios de la política son inescrutables.
Poca fiabilidad, en cuanto a la caza y a su objetiva defensa se refiere, conocidos los antecedentes que le caracterizan (fuerte impulsor de la creación de espacios naturales protegidos en donde no se autoriza la caza), nos ofrece este nombramiento. Obedece este propósito a un claro contrasentido. Situar al frente de la gestión cinegética asturiana (encargarse del día a día) a una persona que ha dado muestras en su trayectoria profesional de ser incompatibles sus principios con la caza, probablemente por una falta de creencia en la misma (no debemos de olvidar y tener presente el perfil que esgrime en su currículum como aladid del ecologismo), es ir contra natura, algo que no se entiende, salvo que se persigan otros fines, que bien pudieran ser.
Cualquier alternativa que se tercie en estos momentos alrededor de la caza en el Principado, se vuelve sospechosa. De ahí la colocación en el tablero de fieles peones de autonomía teorica. Pudiera ser este cargo y su cometido, un muro de contencion y algo más, en donde se estrellen las reivindicaciones de los cazadores.