
.
Hay
tanto jabalí en Asturias (en unas zonas más que en otras; ninguna
se libra de su presencia) que no cabe decir, “me han dado o tocado,
un puesto malo” Seguramente los habrá mejores. Recuerdo a modo
de anécdota, la conversación amigable celebrada con un montero,
terminada la batida, saliendo del puesto, cuando me hacia la rotunda
observación de lo extraño que le resultaba que el jabalí hubiese
tomado la opción de salir por lo limpio, “prau arriba”, puesto
que nunca era lo que solia... Continuar leyendo