El efecto que pueda darse como consecuencia de un lance erróneo a una pieza de caza no autorizada en el permiso, en el transcurso de una montería, requiere desde el momento en que fue detectado por el guarda acompañante el hecho adverso, la suspensión de la cacería a todos los efectos. Una situación de facto que, esporádicamente, han vivido y padecido, como desagravio, algunas cuadrillas de caza (el resto de los miembros que la componen, quince cazadores), ... Continuar leyendo