No resuena con la misma intensidad, al igual que antaño, en
los campos mesetarios de cultivo españoles y en los prados norteños, el
fortísimo canto de la grácil codorniz.
Ha disminuido el carácter prodigo del inigualable y maravilloso espectáculo del que
tanto nos hemos complacido cuando nuestros perros alertan con ... Continuar leyendo