Es un principio establecido que el cazador que haya hecho la primera sangre debe ser reconocido como autor y titular de la pieza o trofeo cobrado. Es una vieja ley montera que manda y a la que los cazadores debemos de atenernos y darla por cumplida. Sucede que, en ocasiones, intencionadamente, o por defecto de interpretación, surgen las dudas sobre... Continuar leyendo