
A
nivel global
la caza en España ha
vivido un largo
período
de regresión social y cultural.
Atacar la caza
negándole
su esencialidad; inventarle
historias contradictorias con su buen ejercicio y
vincularla
a situaciones de
irregularidad e incluso de violencia de cuyo relato veraz precisa de
ajustarse a la realidad, tiene
todo el valor de ser una
ceremonia falsa
o engañosa difundida,
hecho a propósito,
destinada
a confundir a
la opinión pública.
Ha
sucedido recientemente
que una persona
sostiene en un medio
digital generalista de
cabecera asturiana lo
que muchos consideramos
un detálle prominente
de frivolidad,
la posible
relación
de
los
cazadores de
un determinado lugar de Asturias
con
la quema intencionada
de un monte bajo o matorral en
lo que le hace pensar haya sido motivado
buscando alcanzar
su propio beneficio. Según
detalla
el autor
de la exposición, al
parecer activista
de una organización
que se mueve en el
ámbito del ecologísmo de
aquí, carece
de pruebas al efecto,
lo cual bien pudiera
ser la
visión imaginaria de
un suceso
que tuviese
como movil
central la
intención de acrecentar crispaciones
contra el sector cinegético.
Es notorio que, con la
sola intuición no basta. Por
tanto, la falta de
relación real de los hechos con la opinión publicada
es de una gran
inconsistencia.
Son
muchas las afrentas que
la caza recibe siempre
desde el mismo lado
y que
ha venido soportando
con estoicidad.
La historia
de los bulos contra
ella, es muy amplia.
Había
conseguido
el progresismo
contrario a la caza,
que
la
apariencia de
su
verdad
haya sido
un grave perjuicio
para una actividad tan
firme y valiosa en
su misión de colaborar, sin
fisuras, en las mejoras
del estado general
de las cosas en
la naturaleza. Seria
interesante que la Federación
Asturiana de Caza, fuese capaz de constituirse
en elemento de cohesión
que concentre fuerzas y
objetivos en pos de
poder descubrir y poner
en evidencia, en la
medida de lo posible,
relatos de construción artificial
sobre la caza. Lo
sucedido con este
intento de delación
formulada sin
pruebas, debe ser
considerada de extrema gravedad. En
ningun caso es asunto menor.