Ya está aquí algo anunciado desde la Consejeria de Agroganadería y Recursos Autoctonos del Principado. Se debate la reforma del Reglamento de la Ley de Asturias de la Caza. Cuando desde la Administración de caza se habla, tiene que ser escuchada, y atendida de manera especial, dada su importantísima transcendencia, la voz de los cazadores.
Me refiero a la reforma prevista del actual Reglamento que desarrolla la Ley de Asturias de la Caza. Para ello, se ha constituido una comisión en el seno del Consejo Regional de la Caza encargada de analizar las distintas propuestas llegadas a la mesa, unificar criterios, vía el adecuado consenso entre las partes y redactar a un texto unificado.
Escaso contenido ha transcendido a la idea y opinión de los cazadores asturianos sobre las pretendidas modificaciones de dicho borrador, salvedad hecha, por la Sra. Consejera del ramo, de la firme convicción de esta regidora de mantener, sine qua non, el “carácter social” de la caza en nuestra comunidad ¿cánticos de sirena para endulzar el oído?. Veremos hasta donde y cual su condicionalidad.
A grandes rasgos, sin profundizar en su contenido, se establecen premisas, como es el fomento del turismo a través de las prestaciones que la caza concede; establecer formulas que mejoren el régimen de guardería en cotos; nuevas figuras como guías de caza; distribución de cacerías en reservas regionales; número de integrantes de las cuadrillas, tipo de cacerías y porcentajes.
Mantener en su dimensión alcanzada el actual estado corporativista de la caza en Asturias, es todo un reto, muy difícil de ser realizado a satisfacción. No cumplir con esta demanda –a pesar de las dificultades- tan sumamente esclarecedora sobre sus fines, en cuanto a cómo tiene que ser la actividad cinegética en nuestra región, formalizada su práctica al momento actual y desde hace mucho tiempo a criterios objetivos de un régimen garante de igualdad de oportunidades para todos los cazadores, sería un incumplimiento del espíritu de la vigente Ley de Caza, tal y como queda definido en su prologo.
Una comisión elaborada y formada ¿Qué mecanismos han sido los empleados para poder crearla, quien dictaminó su componenda cuantitativa y cualitativa, desde donde?, a supuesta utilidad del órgano rector, en este caso de la Consejería competencial que, de siete opciones con voz y voto, de forma que no se entiende, si tenemos en cuenta que es lo que se está dilucidando, nada más y nada menos, quizás un nuevo concepto y desarrollo de la caza en Asturias, con todo lo que ello conlleva y pueda representar, solamente han sido concedidas a la caza tres, lo que demuestra una perdida total del sentido del equilibrio. Por lo tanto, franca minoría para nuestros representantes en hipotéticas votaciones que se pudiera dar por falta de acuerdos (un representante de la Federación y dos de sociedades locales de cazadores, como todo bagaje, insuficiente a todas luces).
Para determinar las posibles afinidades y conveniencias a los criterios de la institución pública, sacar adelante sus propuestas, estarán los animosos conservacionistas (un voto), con sus sectarias pretensiones siempre contrarias al buen ejercicio de la caza; funcionarios de la Administración adscritos al servicio de caza y pesca (2 votos) ¿que votarán estos profesionales?, nos lo podemos imaginar, obediencia debida, es de esperar, no se entendería otra cosa, y otro de la Federación Asturiana de Concejos, de cuya sapiencia, en cuestiones de gestión y ordenamiento cinegético, no parecen sean las más indicadas.
Ello por si mismo ¿Qué significa?, pues, nada más, ni nada menos, que los cazadores asturianos nos podemos quedar sin respuesta adecuada en la debida defensa de nuestros intereses, pendientes de lo que nos pueda sobrevenir por imposición a través del voto eficaz mayoritario de personas ajenas a la caza. Esa es la cuestión.
Entiendo que nuestros tres representantes, ante esta, para mí, flagrante discriminación, que prácticamente les inhabilita, dejándoles fuera de juego, deberían de haber sido críticos con esta aparente engañifa ¿lo han sido, o por el contrario han tenido connivencia? mostrando su malestar y serias discrepancias ante lo insólito de la arbitrariedad ¿lo han hecho?, la verdad es que lo desconocemos. Bien harían en dar explicaciones, para evitar suspicacias que se pudieran dar.
Lo que acontece en torno a esta comisión referido a porcentajes, es una muestra de un tono posiblemente autoritario que se extiende hacia la caza y los cazadores, y una falta de respuesta comprometida por parte de un sector desavenido, escaso de solidaridad entre si, que tradicionalmente no se revela lo preciso ante hechos tan insolitos y desprorporcionados.