
LA CAZA SOCIAL ASTURIANA , ACTIVIDAD QUE REDUCE DAÑOS Y PRODUCE
BIENES
Existe
en España un marco de composición de cuya grabado a muchas
personas les es desconocido. Se trata de la representación gráfica
en la naturaleza de una realidad objetiva, que hace referencia al
estado de gran apogeo en que se encuentran en la actualidad la
densidad y diversidad de especies cinegeticas. Es la consecuencia
lógica de haber hecho el sector una más que notable gestión y
ordenamiento, en cuanto se refiere al control, fomento y protección
de estos recursos naturales, y un minucioso y metódico procedimiento
de su utilización y aprovechamiento.
Por
efecto de todo eso, resulta justo reconocer a la caza social
sostenible su influencia positiva en la conservación del
medioambiente, y haber tenido un papel destacado en el desarrollo
económico de un importante tejido empresarial en áreas rurales
especificas en donde desenvuelve su ejercicio. Mas allá de su radio
de acción, es notable su aportación, directa o indirecta, al
servicio de recaudación de las diversas administraciones públicas,
vías subastas, impuestos, contribuciones y tasas, pues de ello se
deriva una superior capacidad en la obtención de prestaciones y
mantenimiento de servicios a la ciudadanía.-
Importa
subrayar que el discurso que habla de evitar daños producidos por
una especie silvestre tan invasora, referida al jabalí, es la
peculiaridad social de la caza quien corre mayoritariamente con el
pago de las indemnizaciones a los damnificados por los perjuicios que
este animal, adaptado a consumir diferentes recursos alimenticios,
produce en campos de cultivo. Asimismo contribuye con sus
extracciones, una vez establecido y cubierto el cupo de capturas
anuales, a la costosa tarea de mantener un hábitat idóneo para que
sus poblaciones se renueven de manera sostenible y saludable..
Por
tanto, cualquier ayuda que desde instancias oficiales reciben las
gestoras de la caza social asturiana no debe limitarse solo a
conceder aportaciones dinerarias, apenas nada, sino que también se
debe exigir al Ejecutivo regional asturiano abandone esa posición
abstraída que, mírese como se quiera, mantiene en relación a la
caza social asturiana, para que active, dentro de un entorno
estratégico, elocuencias bien fundadas proyectadas a efectos de
trasladar a la opinión pública, el hecho de que la caza, aparte de
ser legítima, es una actividad pertinente y equilibrada que es
preciso entenderla como esencial. Pero no lo harán.