.Existe
mucha preocupación dentro del mundo de la caza deportiva derivada de esa
manía persecutoria de sectores a quienes de largo les puede su
ideología del más rancio y torpe linaje animalIsta. Se da el caso
de que una persona con actitud de reconocida trayectoria en mostrar
su carga de odio hacia la caza sin algo racional que lo justifique,
ha sido llamada a liderar dentro de un marco jurídico con
servidumbre supuestamente condicionada, el desarrollo de un programa
que aborda elementos de prejuicios que no conectan con la realidad
socio económica y el carácter esencial que se derivan del buen
ejercicio de la caza y la utilidad que concede en concreto a la
sociedad española.
Alterar
el orden de la naturaleza través del empleo de artificios que
funcionan como inhibidores de la capacidad reproductora de un animal
de tan prolífica demografía, en este caso, como es el jabalí, es
algo que ha de resultar contraproducente. La vida máxima de un
jabalí en plena libertad, sin alimentación industrial, libre de
enemigos acosadores, una vez prohibida la caza, como persiguen obtener, son
factores que permitirían a este oportunista omnívoro envejecer y
lograr llegar sin contratiempos al final de su ciclo vital; una
situación que los expertos y estudiosos de su vida y costumbres
sitúan próximo a los 16 años. Ello quiere decir que, de alcanzar
ese tope de edad, la morfología del suído superviviente sufrirá de
variaciones en relación a ostentar un mayor peso y volumen,
presentando en este sentido una desviación muy superior a sus
actuales congéneres. Conviene recordar, o quizás advertir que, a
medida que cumplen años se les observara un aumento sustancial de su
corpulencia, de amoladeras, largos y anchos colmillos,
bien afilados y puntiagudos; autenticas y eficientsimas fortalezas defensivas y de
ataque, ante algo que les signifique peligro, así como dotado de una
portentosa fuerza.
Teniendo
en cuenta la más que probable situación que se pudiera dar de no
regularse la densidad jabalinera, bien sea a través de su
aprovechamiento cinegético, o de cualquier otra acción de índole deportiva, sucederá
lo que a buen seguro se prevé. Veremos en el ámbito de la
naturaleza y cercanos a nuestras urbes, incluso dentro con visitas
oportunas, cada vez más concurrentes, ejemplares de este animal de
los signos exteriores descritos.
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