
Escribir
de caza es algo que no me cuesta trabajo, lo hago a gusto; dispongo
durante el día de un tiempo suficiente que regulo a mi conveniencia
(por suerte estar felizmente jubilado dá para estas cosas) cuestión
fundamental para permitirme poner todo el empeño en hacerlo que
pueda resultar satisfactorio, cuando menos interesante o entretenido. Esa es mi intención. Y, a fé mía, que creo estar
seguro de haberlo conseguido, según constato. No es una impresion, es que tengo la certeza de que así es. De otra manera no seguiría. Es obvio
que lo que he escrito ha tenido, y sigue teniendo aceptación;. hay
quienes lo llevan mal, incluso no soportan que una cosa asi, me pueda
pasar. pero es lo que hay ¡¡que le vamos hacer!!
Creo
que soy un hombre de la caza social, a la que he servido y sigo
haciéndolo con dedicación y lealtad. Nunca he pretendido otra cosa que trasladar a
mis posibles lectores de la mejor manera que sé y puedo, aspectos de
mi pensamiento sobre una actividad que práctico afortunadamente con
intensa dedicación y verdadera afición.
Mis
inicios en esta tarea de escribir de caza, vienen de mucho años
atrás, concretamente a partir de mediados del último tercio del
siglo pasado, momentos de mi primera experiencia en publicar en
prensa escrita. La Nueva España, me dió la oportunidad) de verter
información sobre las actividades semanales de la Sociedad Astur
de Caza, de la que formé parte como directivo durante un corto
periodo de tiempo (1977/81). Se convino con el director del
periódico, que serían los viernes cuando se publicase el noticiero.
Una sección que ocupaba una página en dicho diario, que a decir de sus responsables había
logrado alcanzar, para mi grata sorpresa, una muy buena acogida entre sus muchos lectores.
Es
de suponer que, debido a esto, fuese el motivo de que la dirección
del diario quisiera dotar de más contenido a la página. Me instaron
a que no me cerniese solo a dar la información, sino que también la
complementase con artículos de mi puño y letra. La verdad es que
no entraba en mis cálculos hacer tal cosa, ni me lo había
planteado; aquel director del precitado medio D. Pedro Pascual, de
inmejorable recuerdo para mí, siempre le estaré agradecido, siendo
yo muy joven, me animaba a que lo hiciese. además de aconsejarme.
Aceptado el reto, me ilusionaba poder hacerlo; iniciarme en una nueva
experiencia. Pronto empecé a hilar palabras e hilvanar frases con el
estilo de un principiante que, a fuerza de perseverar en el esfuerzo
de corregirme para mejorar mi redacción, he llegado hasta nuestros días. Por
tanto, y debido a ello, de lo que se deduce, es evidente que no soy un recién llegado "paracaidista" en esto de
escribir de caza, ni tampoco una anomalía, o en un ser atípico, como alguien, en versión populista, mal informado en cuanto a mí, de carácter osado y bravucón, ha querido dar a entender a sus suscriptores.
Hoy, al igual que ayer, escribir de caza es algo que hago y espero poder seguir haciéndolo: no me apartarán, mientras pueda impedirlo. En mi blog sobre la caza y en mis artículos publicados en distintos medios quedan
reflejadas muchas de mis interpretaciones circunscritas a contar
anécdotas y dar opinión de lo que acontece alrededor de la caza y
todo lo que con ella se relaciona. No percibo ningún bien económico
ni material por ello, nada más que la satisfacción de ser leído por
un gran número de seguidores. Es un tributo que pago gustoso. Les quedo muy agradecido.