
A DIFERENCIA DEL GOBIERNO DEL PRINCIPADO, QUE NO SE HA PRONUNCIADO TODAVÍA
DE FORMA EXPLICITA, ESTA DE ACTUALIDAD ENTRE LA OPOSICION POLITICA CONSERVADORA
EL DESEO DE HACER UNA NUEVA LEY DE ASTURIAS DE LA CAZA.
LAS COMPLEJIDADES PARA ELABORAR UN TESTO LEGAL DEFINITIVO QUE
REGULE LA ACTIVIDAD CINEGETICA ASTURIANA, TENDRÁ UN ALTO COMPONENTE DE
DIFICULTADES QUE IMPIDEN PRONUNCIARSE A SUS PROMOTORES MAS ALLA DE LA INTENCIONALIDAD.
El decir del movimiento político conservador asturianos de que
harán una nueva Ley de Caza para Asturias, puede significar mucho o nada para
el devenir del sector cinegético de esta tierra. Otros intentarán prohibir la
caza, para lo cual no necesitarán leyes que poner en vigor. Los que están al mando, aún no se han
pronunciado lo suficiente, y, si algo han dicho con respecto al futuro de la
caza en el Principado, no ha sido nada esclarecedor por aquello de la
confluencia de intereses intersectoriales; la ambigüedad ha hecho acto de
presencia en sus manifestaciones. Ahondar en la posibilidad de que este asunto
adquiera en su día “carta de naturaleza “ y se constituya, necesariamente tiene que ser motivo de
preocupada reflexión para el cazador.
Parece que algunos
grupos políticos tienen “in mente” como
una prioridad la derogación de la actual Ley de Asturias de la Caza. Quien más
ha puesto énfasis en dar a conocer esta posibilidad ha sido el Partido Popular
de Asturias, por boca de su máxima representante, la Sra. Dª Mercedes
Fernandez. Lo ha dicho - se lo he oído
decir - con rotundidad a los distintos medios generalistas en una entrevista que
le hicieron en el marco de la concentración del
pasado día 14 de Abril, a la que asistía con la plana mayor de su
equipo, como acto de buena voluntad y en
defensa de los postulados que ostenta la
caza en la actualidad y todo lo
relacionado con ella. Un acto de acercamiento inusual, de significada valoración,
que debe ser calificado en su justa medida puesto que estas cosas en y
para la caza no siempre suceden.
Desde luego que un nuevo marco legislativo para la caza
asturiana alguien pueda considerar sea necesario ponerlo en vigor. Es evidente
que la cinegética en cuanto a gestión y ordenamiento tiene que evolucionar en
aspectos concretos, aunque no en el todo. Es cierto que retoques sobre su testo legal
deben de hacerse. Pero lo verdaderamente
interesante será el sesgo constitucionalista de su posible futura formación;
sobre esto los cazadores queremos saber… por lo que de afectación nos suponga, puesto
que nada se ha dicho; solamente lo que sabemos, y, esto, no es algo que nos
aclare ningún concepto revelador.
La opción que tome la iniciativa de sacar adelante una nueva
norma legislativa para la caza, sufrirá de un autentico calvario (por eso los
que están, ni se mueven, mejor que el sector, por el momento, esté tranquilo, sabedores de lo que les
pudiera esperar), inclusive teniendo mayoría. La van a reivindicar de todas
partes, incluso con algarabías. Es lo que se está produciendo en otras
comunidades. Para que se formalice una opción de estas señaladas característica
dependerá de factores complejos de distinta gama sectorial, cómplices, todos a
una, en la defensa de sus intereses, ajenos a la caza a la que hay que
descabalgar, que será, sin duda, la gran
convidada de piedra. Ya, lo está siendo. Se sabe.
El actual estatus de la caza en nuestra comunidad tiene un
altísimo componente social (desde hace muchos años, casi siempre lo ha tenido
en el siglo pasado y en este supervive, con las escasas excepciones de rigor), garante de la igualdad de oportunidades para
quienes ejercen esta práctica. Ninguna Ley de Caza en España, ha tenido, ni
tiene el carácter ideológico de su concepción y desarrollo de esta. Ha sido y
es, pionera y única en este método. La
preferencia para el cazador de condición económica modesta, la inmensa mayoría
seria mantenerla; no hay realidades objetivas que lo impidan.
De ahí las razones de
hacia dónde quieren llevar a la caza en Asturias los grupos políticos. No basta para convencer a los cazadores de
sus buenas intenciones y ser solidarios con nuestros actos reivindicativos en
defensa del sector, y, aquí me quedo. Deberán explicarse con detalle de cuales
sus pretensiones. Esto, les será difícil de entender y resolver.
En este caso concreto a lo que me refiero la prioridad no la
tendrá ya el cazador. Todas las actuales leyes de caza que se han promulgado
recientemente en España son motivo de serias discrepancias con el sector
cinegético que se ha visto intervenido y ninguneado desde las respectivas
administraciones en razón de satisfacer otras directrices en la naturaleza
promovidas desde lo que se ha venido a denomina “turismo cinegético” o “avistamiento” de
especies salvajes, sin excluir “caza
fotográfica” tendencias de estrecha relación con la industria turística,
ayuntamientos que impondrán tasas, instituciones universitarias, organizaciones
ecologistas (que decir de estas que no sepamos los que cazamos) etc. son otras
versiones que no dejará de satisfacer cualquier sistema que aspira a consolidar
su poder en las instituciones públicas, en demerito de la acción de cazar. La complejidad
para elaborar un testo definitivo que regule la actividad de la cinegética
tiene un alto componente de dificultades que son las que impiden pronunciarse
más allá de la intencionalidad.