¡Quién lo
diría en otro tiempo! Es el resultado de
la configuración de una alarma extendida que se precisa como oportunista. El
deambular de este suido, en las más de las ocasiones seguido de sus piaras, por
zonas suburbanas de las ciudades, inclusive dejando su huella en algunos
espacios ajardinados de la urbe visitada, ha hecho que esta especie silvestre,
clasificada de cinegética, se halla
convertido en estrella mediática, sin proponerselo, en distintos emisiones del amplio catálogo
informativo de los medios de comunicación.
No hay
jornada que no suceda que el jabalí deje de ser crónica oportuna de algún
diario, de distintas viñetas; referencia en la apertura o durante la emisión de
programas informativos de radio y tv. Objeto de debate entre la ciudadanía; la
última ocurrencia es solicitar a la gente desde el consistorio ovetense a
través de una encuesta elaborada, su opinión, sobre la forma más adecuada de controlar la
población de jabalíes en el municipio. Un formulismo que, lógicamente, ha de
traernos pintorescas respuestas.
La
aproximación del jabalí a los espacios colindantes con las grandes urbes
metropolitanas, colonizando y formando
asentamientos impensables en un pasado reciente, ha sido el motivo de haber tocado
alarma y despertado curiosidad entre la ciudadanía que les ha hecho foco de su
atención en cuanto al desarrollo de las coordenadas vitales que muestra en su movilidad
cercana a la sociedad metropolitana. Nunca antes el que aquí escribe y se
dirige a Uds. había sido tan requerido pidiéndole información --supongo que
algo parecido les pasara a muchos de mis colegas, los cazadores-; son continuas
las observaciones o preguntas en
relación con este carismático animal que me hacen personas interesadas a las
que procurando ser ameno y distendido en
la respuesta, lo hago con gusto, dando rienda suelta desde el modesto nivel del
conocimiento que me confiere la experiencia obtenida después de largos años de actividad montera, de forma especial dedicado
a la caza de este suido.
Ocupa espacio
la citada especie en las sucesivas corrientes de creadores de opinión y
divulgadores informativos, causa de la disminución de su carácter esquivo y montaraz, que le han caracterizado
en el transcurrir de los tiempos, en relación con su acercamiento y convivencia con al hombre, obligado por su
altísima densidad a refugiarse en áreas concretas de seguridad, a la par que el necesario alimento de sus piaras,
irrumpiendo sin temor en espacios en otra época inusuales, captados y subidos a la red oportunamente
No obstante
todo esto, sobre este asunto, cabe decir, según mi opinión, que las cosas se
están exagerando. Es cierto que hay densidad de esta especie en los alrededores
de Oviedo, pero no de forma tan significativa, como parece, se ha querido dar a
entender. Fuera del ambiente cinegético se desconoce la movilidad del jabalí,
cuando de buscar comida se trata. Su capacidad de desenvolverse abarca mucho
espacio; pueden ser vistos en el transcurso de una noche la misma piara en
puntos distintos, distantes en varios kilómetros. Es algo que se debe de
trasladar al ciudadano para general conocimiento.
En esta
temporada de caza próxima a finalizar, los cazadores hemos abatido en los cotos
de caza limítrofes con el municipio ovetense cientos de ejemplares. Por este
motivo se ha rebajado considerablemente la presión de su presencia en algún
extrarradio de la ciudad; no se dejan ver en la cantidad en que lo venían
haciendo en las estaciones del estío, debido, sin duda, a la acción activa de
la caza en período de veda abierta. Volverán con sus retoños, una vez pasado el invierno a
transitar por senderos conocidos buscando alimentarse, puesto que queda
suficientemente jabalí para reproducirse. Sera de nuevo esta magnífica especie,
causa de atención por los profesionales de los medios en su labor de informar.