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Es
evidente que yan están aquí y se manifiesta: una de las grandes
crisis sanitarias y económicas de las últimas décadas. Es más
una certeza que una amenaza.
Por
este motivo, la caza asturiana no será el hecho diferencial que la
excluya de ese mundo de damnificados que se ve venir. Nada tiene,
pues, de extraño que se presagien dificultades para el sector
cinegetico asturiano, en su versión social, que en algunos casos
pudiera llegar a tener caracter desintegrador. Ante una situación de
estas caracteristicas bueno sería disponer en el Principado de un
argumente unívoco, un elemento de cohesión entre las partes
afectadas, que concentre fuerzas y objetivos. Podría valer la pena
el esfuerzo de confeccionar, sin demora, un espiritu de entendimiento
donde se puedan hallar algunos espacios comunes de acuerdos, sin
menoscabo de la identidad, a fín de intentar garantizar un orden que
le acerque a esa necesaria estabidadid económica, presente y futura,
de las gestoras de los cotos sociales de caza, sin cuya colaboración
posiblemente se entraría en una espiral de descalabro faunistico y
financiero. En todo caso, es muy necesario un proceso de convergencia
que derive en un encuentro que facilite obtener creatividad. Solo
falta la decidida voluntad de activarlo. Pero ese, es precisamente el
punto debil.
Existe
en la caza asturiana sensación de deslizamiento de su actividad por
una pendiente abiertamente peligrosa; una incertidumbre de fundada
inquietud que embarga el ánimo de muchos cazadores por lo expuesto
de un panorama que se intuye poco o nada halagüeño, tal es la
situación de este confinamiento sobre cuyos efectos no es nada
prudente desdeñar el vaticinio de lo que será un coste enorme de
efectos inmediatos.(nos equivocaríamos). El factor clave de sufrir
esta preocupante metamorfosis debemos situarlo, sin temor a poder
equivocarse, en el más que probable cese de expedición de un gran
número de licencias de caza, seguros, cuotas de asociados, tarjetas
federativas, y, otros secundarios cifrados en aquellos medios
pseudotemáticos más débiles, carentes del recurso de la publicidd
comercial para sostenerse. Eso tiene el significado que se desmorona
el empleo, disminuyendo en gran medida, el poder adquisitivo de las
personas con menor poder adquisitivo, la inmensa mayoría. Por
añadidura, en paralelo, la caza sigue envejeciéndose sin
alternativas de relevo. .
Si
la proporción de abandono continúase en crecimiento y sobre todo si
la Consejeria competencial continúa ignorando la puesta en escena
de politicas extrategicas de compromiso expreso efectivas en forma de
fondos de ayuda a la caza social asturiana que posibiliten
reactivación, en vez de ocurrencias, como arte de la apariencia, que
solo tratan de desviar la atención; si se anda “enrredando” en
otros cálculos, bien secundados por algunos “allegados” que
muestran aspectos de sumisión, las consecuencias por un problema de
esta dimensión, abocarían a la caza del Principado y al erario
público a tener que enfrentarse a una tormenta económica y social,
No ha lugar, pues, a pintar de color de rosa el porvenir, si se le
impone límites irracionales
,
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