HA SIDO, POR ANHELADA Y LARGO TIEMPO ESPERADA, LA GRAN NOTICIA DEL DÍA
(20--3-14) PARA LA ACTIVIDAD CINEGETICA EN ESPAÑA.
La Nueva Ley de
Tráfico, Circulación de Vehículos y Seguridad Vial, recoge en su nuevo texto
aprobado definitivamente de forma oficial, la modificación en la política de otorgar responsabilidad por
accidentes de circulación producidos por especies cinegéticas cuando irrumpen
en las calzadas, al mismo tiempo que
limita el régimen de responsabilidad civil de los gestores y titulares
de cotos de caza; excepción hecha cuando se produce motivado por una acción de
caza.
Con la corrección de la mencionada norma, largo tiempo demanda
por los cazadores, dados los efectos benefactores que se supone ha de tener, no solo para el colectivo, sino
que también para lo que representa la higiene medioambiental, se equipara a
nuestro país con el resto de los pertenecientes a la Unión Europea.
Se ha venido a otorgar
justicia, pues España en este campo de la Seguridad Vial y para la caza; la
actividad venatoria sufría de aislamiento en relación a Europa: siendo en único
estado de la Unión que, en aspectos de seguridad vial discriminaba a los cazadores. Se ha terminado con una situación de hecho
verdaderamente desnaturalizada, incompresible de entender, sostenida en el
tiempo por nuestros representantes políticos, prácticamente de todo signo, constituida
en una excepción dolosa en el contexto de la integridad de la Unión.
Una versión real de lo que aconteció, anterior a esta promulgación
legislativa, la obtendremos del resultado de una votación celebrada en el
hemiciclo del Congreso de los Diputados, no hace mucho, referente a una nueva Ley de Trafico, que
recogiese la exoneración de las adjudicatarias de cotos de caza en este tipo de
accidentes. No halló el amplio colectivo
gestor el apoyo de la inmensa mayoría de los grupos parlamentarios; no tuvo la
respuesta adecuada a sus pretensiones de rebajar esta carga económica agobiante,
toda vez que el 95% de la Cámara otorgó un rotundo no. Un estado acreditativo evidente que no permite hacer conjeturas sobre las intenciones
para la caza, en aquellos momentos, de nuestros representantes políticos.
Se debe decir que con la puesta en marcha de este nuevo texto
legislativo, en lo que supone para la sostenibilidad futura de la caza social
en nuestro país, podrá haber un antes y un después en la gestión presupuestaria
de las sociedades de cazadores, habilitadas como estarán, a disponer de más recursos económicos derivados
de la privación de tener que mantener costosas pólizas de seguros que, por la
atención de su elevada cuantía económica,
imposibilitaban el desarrollo de una administración más eficaz para este tipo de
instituciones.
La caza, todo el estamento de su composición, se ve libre de
una fuerte atadura que constreñía
gravemente su orden económico. Habrá, por lo tanto, más liquidez en las cajas
de las sociedades, del que se espera se haga un
buen uso. La caza, los cazadores debemos de felicitarnos por este
reconocimiento de una labor impagable.