Aunque sea exento de matices; a grandes rasgos, algo se sabe
sobre la componenda de los presupuestos para el presente año y de alguno
que otro anterior, concerniente a la
Fundación Oso Asturias. Ya no es solo la vanagloria; la difusión de lo que se
entiende el éxito alcanzado del nivel poblacional del plantígrado en nuestra
autonomía, sino que ahora, sabemos todo el costo financiero de la presente
anualidad que supone mantener, proteger
y fomentar, en la vertiente norte cantábrico-
asturiana, a una especie salvaje, verdadero icono para los habitantes de
esta tierra, que ha estado gravemente amenazado de extinción.
Desde la Consejería de
Agro-ganadería del Principado se ha presentado una balanza presupuestaria, en relación con la F.A.O.
ofreciendo una versión incompleta del
trasvase desde la administración regional de recursos monetarios y de otra
índole a dicha Fundación. En términos de concreción se alude únicamente a las cuantías de ingresos y gastos
previstos para el año 2014 con dominio
preferencial de los números acreedores, todo un hecho de excelencia
(caracterizado de inusual), y sobre aquel
déficit acumulado en ejercicios anteriores (2009-14.000 Euros y 2012.94.000
Euros).
En relación con lo mismo, según observo, desde el Principado,
mentor y patrocinador de la mencionada ONG medioambiental, en un acto
divulgador efectuado en distintos medios de difusión, nada se menciona, a tenor
de lo publicado, sobre los presupuestos de los años 2.010, 2011 y 2013; extraño
procedimiento, que hubiera requerido
mayor aporte documental, puesto que durante este tiempo la F.O.A. es de sobra conocido, tuvo actividad. La omisión
no ha pasado desapercibida para los lectores interesados.
La F.O.A., posiblemente
necesitase ajustar números; acelerar con raciocinio y paso firme hacia la
convergencia con una realidad más acorde con lo que se dispone. Es evidente que
obligados por la carestía económica latente en las instituciones se ha evolucionado
hacia el pragmatismo que significa evitar desfases financieros irreversibles,
haciendo recortes en el gasto y suspendiendo la inversión, en aspectos y
momentos puntuales, hasta la llegada mejores expectativas.
Pero dicho lo cual, no es óbice que me impida ser crítico y mostrar mi desacuerdo con los términos en que
se hace una política de lacónica sensibilidad reveladora. El Oso, la protección
y fomento de este poderoso carnívoro, se ha llevado por delante, es de suponer,
cuantiosísimas sumas de dinero, quizás,
no desveladas en tiempo y forma, provenientes de fondos públicos, que sería interesante
saber y precisarlas, si ha sido así, fundamentalmente
en la concreción de aspectos contables parciales que definan con rigor la
cuantía de la entrega, uso y destino de los recursos
recibidos.
Con el señalamiento de los “números rojos” en los períodos
señalados nos quedamos los ciudadanos
(seguidores de todo lo relacionado con el oso pardo cantábrico), sin más
explicaciones, sustrayéndonos de los ecos del pasado; al menos no han sido
recogidos por los medios de difusión de los que me he servido como “modus
vivendi” informativo fidedigno, base de este comentario. Quien fuera portavoz del comunicado generalista, ha perdido una
estupenda oportunidad de ser explícita, de ahondar en los detalles de variados conceptos que entiendo deberían ser
dados a conocer; reflejo sin duda de lo que sería una labor informativa
eficiente, cara a la sociedad, que es la
que, en definitiva, quiere saber.
Ofrecer noticias en
calibrado escenario, referentes al
movimiento financiero de la F.O.A. tal y como
ha hecho la Sra. Directora de Recursos Naturales, privadas en este acto de espacio argumental concluyente, transmitidas
desde un sistema didáctico exento de
compromiso con la necesaria y consecuente objetividad, es hacerse un flaco
favor a sí misma, quedando por tal motivo para este trance en entredicho y, por
lo tanto, transmitiendo un cierto escepticismo
hacia su discurso en este campo.
Creo que a la Sra. Directora General, de su cita con la
prensa, a diferencia de otras comparecencias calificadas de satisfactorias, se
esperaba mucho en relación con los dineros de la Fundación; le faltó en esta oportunidad,
elocuencia descriptiva; no obstante hacer repicar las campanas para anunciar a todo el mundo como buena nueva,
circunscribiéndose a lo concreto, sin pormenorizar, que la F.O.A. durante el año 2014 prevé tener
saldo acreedor; consecuencia directa de una intervención equilibrada en la
aplicación de sus cuentas.