PEÑA EL VIENTO Y MONTE REDES (ANTIGUO CANTADERO DE UROGALLOS), , DESDE LA SENDA A BRAÑAGALLONES, EN EL PARQUE NATURAL DE REDES,CASO,ASTURIAS-( fotog. de E. Bros. Prohibido su uso y reproducción).
En estas condiciones el aprovechamiento de una hembra de
Corzo en cualquiera de nuestras reservas regionales de caza, tiene un valor
cuantitativo del orden de los 244 euros (cuota de entrada l22 euros, complementaria 122), más gastos adicionales,
lo que equivaldría a una cifra superior a los 300 euros, sin incluir otro tipo
de atenciones. Algo que me resulta totalmente fuera de toda lógica.
Descastar es seguramente un ejercicio de civismo llevado a la
práctica en aras de un eficaz y saludable mantenimiento de especies
cinegeticas. En nuestros montes asturianos, en terrenos objeto de reservas de caza,
e inclusive en algunos cotos regionales,
en ciertos momentos, se ha dado el hecho, con demasiada asiduidad, de que
ejemplares de hembra de gamo, venado y corzo
se haya encontrado en índices de alta densidad, incluso, dependiendo de
zonas, sobredimensionada, por falta de regulación; algo impropio e inadecuado
que no debería haberse permitido, dadas
las consecuencias nocivas derivadas de
los efectos que implica una
excesiva promiscuidad consanguínea entre individuos de la misma especie, de
posible influencia genética que pudiera
ser perjudicial en el desarrollo cualitativo vital de las nuevas generaciones,
así como supuestas enfermedades consecuencia
directa de tener que convivir en un ambiente cercano al hacinamiento, lo cual
deja en entredicho la gestión en estas circunstancias de los responsables del ordenamiento cinegético en nuestra
comunidad.
La relación calidad precio, en los costos finales (cuota de
entrada y complementaria) de estos descastes (gamo y venado, hembras) que se
producen en los terrenos cinegéticos de régimen especial mencionados, no guarda sintonía en cuanto a equilibrio afinado
se refiere. El producto ofertado caracterizado de elevado peaje en los términos
económicos actuales en que se hace desde el Gobierno del Principado para esta
modalidad menor de caza, de escaso atractivo para el cazador, ha hecho crecer
las dificultades a resultas de un efecto llamada desde la administración, que
no ha tenido respuesta adecuada en la posible adjudicación de permisos debido
al elevado tono de precios que ha hecho
retraerse a posibles interesados
De continuar por esta senda alcista de los precios, los
posibles efectos nocivos que pudieran darse dejarían secuelas perjudiciales, pues si no se expiden
permisos porque el flujo de la demanda disminuye, si los cazadores no acudimos
a este reclamo al que se nos dificulta acceder,
máxime ahora con un repunte alcista en las tasas de puntuación en los trofeos, estimativo de un 10%, la caza
aumentará y serán los propios funcionarios u otros servicios profesionales los
encargados de someter la prominente densidad de un tipo de fauna silvestre que
campeará en estas áreas de caza. Una situación de facto que, de
darse, provocaría desajustes económicos en el seno del órgano responsable, al
verse obligado a tener que distraer
fondos de sus presupuestos generales asignados con anteriroridad a otros contenidos.
No se entiende a los responsables de la consejería, cuando
persisten en el empeño de mantener estas cuotas en el nivel inapropiado en que
se encuentran. La crisis ha traído la adopción de medidas innovadoras correctoras
en distintos sectores de la sociedad, obligados por necesidad adaptarse a un mercado global, exiguo y
exhausto, que atiende otras prioridades, entre las que no se encuentra la caza
y sus derivaciones. Ello se traduce en menor expedición de licencias de caza y,
por consiguiente, no abundan como antaño las solicitudes para los distintos
sorteos, lo cual significa cupos derivados de excedentes de muy difícil
adjudicación
A la vista de lo que sucede, así las cosas, debemos de
considerar pues, por tanto, que la Consejería de Agro-ganadería y Recursos
Naturales desiste de aplicar otros condicionantes menos lesivos para el
bolsillo del cazador. Se encuentra adherida y dependiente de una burbuja ideológica contraria a la caza
que le obstruye y le hace tener un sentido constructivo alejado de una realidad
manifiesta.
Quedan, en definitiva, muchos permisos sin “vender” en las
Reservas de forma especial en lo referente a batidas de jabalí, debido
fundamentalmente a la lejanía y a las escasas expectativas de obtener éxito, en
unos terrenos cinegéticos, en los que el
suido no tiene la misma carga de abate y
consistencia en número de individuos que en los concejos centrales y de la
marina, con el añadido de la presencia del Oso y el Lobo que se hace patente, dificultando, debido a las limitaciones
impuestas, el desarrollo de las cacerías, lo que hace que tenga poco atractivo.
Mención especial para los permisos de turismo que han quedado sin colocar, todo
un síntoma que unido a otros, debería hacer reflexionar. Pero no lo harán,
antes partidos que doblados. Al fin y al
cabo no juegan con su dinero.