
COMPONENTES DE LA PEÑA TOLINAS DE GRADO (ASTURIAS)
No sé
realmente porque se empeña algún que otro medio de la comunicación en llamar
expertos a unos señores que ni siquiera lo son tanto, me refiero en materia de
prevención de daños causados por esta especie cinegética; solamente se les
intuye sean depositarios de razonamientos lógicos al alcance de todo ciudadano.
Ni el presidente
de Fadovisa, ni el funcionario de la Consejería, ni aquel titular de la Catedra y, mucho menos, el presidente
de una comunidad de vecinos o propietarios conocida por su alto standing, en su condición de tal, este último, son
agentes especiales caracterizados de sabios en el tratamiento consecuente de la
alarma que protagonizan algunos suidos
en sus correrías nocturnas. Comentario que hago a título personal, sin ánimo de
que se moleste alguien.
Resulta ser
una obviedad que el jabalí no es un animal doméstico; a la vista está (no hace
falta ser licenciado para tan docto dictamen); Incluso criado en cautividad,
relacionándose con cerdos domésticos, se
muestra arisco, dejando patente la impronta dominante de sus huella. Se hace
pura lógica, según van transcurriendo las cosas, el suponer que la actividad
cinegética en Asturias consiga alcanzar en la temporada 2016/2017 el
aprovechamiento de unos diez mil ejemplares de este porcino salvaje; pudiera
ser. Veremos las cifras finales, si estos augurios se concretan. Puede ser que
sí.
Con un
sibilino mensaje, el catedrático docente busca actualizar un efecto comparativo.
Cotejar las bajas que produce en el
jabalí la acción social de la caza con las que causa el Lobo en territorio
astur, no tiene sentido. Es improcedente hacer este tipo de mediciones puesto
que no hay relación. Si acaso, como única versión objetiva, aquella que nace de
la conocida falta de entendimiento y analogía del prócer docente en las aulas
con el mundo de la caza.
Si el Lobo
estuviese en lo alto de la pirámide del aprovechamiento de jabalíes, en
detrimento de la caza, actividad que caería a segundo plano en el ranking de la
clasificación general de los considerados depredadores, supondría la
constatación real de la existencia de un nivel poblacional del canido, muy por
encima en número de individuos de esta especie del que actualmente se encuentra
censado. Por suerte, esto no ocurre. Contravendría todos los esquemas. Es la
caza, por el momento, la que se lleva la palma. Aunque de seguir, así,
aumentando y expandiéndose la población lobera, la equiparación pronto podría
llegar y superar en un futuro no muy lejano. La voracidad del lobo es
insaciable; lo constata la huella de su instinto que ha dejado, además de
muertes innecesarias, numerosas
mutaciones en animales domésticos que a duras penas han logrado sobrevivir
gracias a la ciencia.
Hasta ahora, nunca jamás, el licenciado Nores,
había demandado ayuda a la caza. Lo hace ahora, en prevención de que su
plan de máximos, supuestamente alejado de la filantropía, patrocinado, y es de
entender subvencionado por el Ayuntamiento de Oviedo para controlar la fuerte
demografía de esta especie en el municipio, no concluya con éxito, y, ante el
temor de quedar en evidencia sus postulados, recurre por primera vez a los
cazadores solicitando colaboración. Sobre esto último la caza, llega hasta donde puede y le dejan;
carece de dispensas para intervenir.
La visita de
jabalíes a zonas próximas al casco urbano, tiene un sentido de sierra. Sufre un
proceso de subidas y bajadas; aumenta o disminuye en intensidad según se
encuentre abierto o cerrado el periodo de veda. Durante el transcurso de la
temporada de caza, la percepción de las visitas disminuye paulatinamente debido
al elevado número de ejemplares que se abaten en terrenos perimetrales; es el
caso concreto del municipio ovetense que se encuentra limitando en todo su
extensión territorial, por diversos cotos sociales de gran actividad en el
campo de su competencia, traducida a
importantes cobros del suído. Con lo cual, y, debido a esto, no son vistos ejemplares en
época de caza abierta, con la misma proporción en número de individuos, si
acaso, no existe constatación tan
prodiga de hechos de esta naturaleza.
Serán en la
estación cercana al estío y durante este periodo, cuando un renovado grupo de
piaras, vuelvan a los quehaceres de sus progenitores y, de nuevo, a dar
muestras testimoniales de su movilidad y dinamismo. Los jabalíes colman las
zonas de seguridad. No está la causa ni los efectos del suido en los cotos
sociales.
La caza
social, sus organizaciones, mira de reojo la conveniencia de ser más incisiva
en la intervención de este asunto, en lo correspondiente a su parte alícuota
permitida; presionadas para abrir la mano de los cupos; inculpadas al respecto,
partidistamente, sin rigor, provocando confusión en la opinión pública, por el
Director Regional de Recursos Naturales del Principado, se debate, en
responsabilidad y con acierto, en
aquello que le conviene, que no es otra cosa, que la sostenibilidad racional de
cualquier especie, sea cinegética, o clasificada como protegida.