NOS HAN “LASTRADO”
A LOS CAZADORES ASTURIANOS, PODIA
SER UN DICHO MUY OPORTUNO, DADAS LAS ACTUALES CIRCUNSTANCIAS.
A la inmensa mayoría nos ha cogido de mayúscula sorpresa.
Nada sabíamos sobre lo que anuncia el Sr. Consejero del Medio Ambiente del
Principado de Asturias. Resulta sorprendente lo que ocurre en la actualidad con
esta norma. Y ¿cómo es esto? ¿Cómo ha sido, si lo fue?. Necesario más que oportuno
que alguien nos explique a los cazadores asturianos como se ha llegado hasta
aquí, sin que nadie de los
verdaderamente interesados que somos los cazadores de esta tierra, hayamos
tenido ningún signo de conocimiento a nivel global y participación sobre algo
tan sumamente importante para el futuro de la caza en nuestra comunidad, como
son los cambios en el articulado del reglamento que desarrolla la actual Ley de
Asturias de la Caza. ¿“Despotismo ilustrado”, quizás?, es decir ¿ todo para el pueblo, pero sin el
pueblo?. Pudiera ser.
Es conveniente saber cómo se han fraguado los cambios;
quienes sus participes, si es que los hubo. Sería bueno detectarlos. Es significativo que nadie de los cazadores
de a pié, estuviésemos al tanto de lo que acontecía sobre modificaciones en la
norma reguladora. Sobre este proceder, que tiene todos los síntomas de haber
sido efectuado en el anonimato de sus actuaciones, ordeno y mando, “llueve
sobre mojado”, me temo que a los cazadores de aquí, nos la “han metido doblada
y por detrás”, valga la expresión metafórica. En el 2013, ya hubo un primer conato de reforma del reglamento con
planteamientos inadecuados que no fueron aceptados por representantes de las
organizaciones cinegéticas. Sobre lo que
allí se fraguaba por parte de la administración regional, no era el equivalente
a lo que la caza necesitaba. Un formulismo el que exigían aceptásemos, sin
condiciones, que tenía el significado sibilino de “lastrarnos”, nunca mejor
dicho, el futuro de nuestro estado participativo. Eso decían nuestros delegados
en las alegaciones previas, quienes a su vez, ante estos inaceptables despropósitos,
síntesis de un sectario ecologista que dirigía la maniobra (esto es lo que hay,
lo cogen o lo dejan, decía el tíio), optaron por abandonar la reunión, en señal
de protesta.
Así, de golpe, de “sopetón” el Consejero invade el territorio
cinegético, con propósitos que aún desconocemos del todo su implantación.
Parece que habrá nuevos baremos en la tasación de daños producidos en sembrados
y cosechas producidos por la fauna cinegética; peligroso proceder este, que no
cotizara a la baja, que las sociedades de caza asturianas reflejaran en sus
estados contables y tendrán seria repercusión en la gestión y ordenamiento
económico. Por lo tanto la atención a los damnificados, podemos entender que
tendrán al alza su cotización, lo cual quiere decir que si es significativa la
subida, será de directa repercusión en las cuotas de los asociados. Veremos
este capítulo en que queda.
¿Está al corriente de
todo esto la Federación Asturiana de Caza? Si lo desconoce, malo, poco valor se le concede o es que se mueve de espaldas a
una realidad. Si por el contrario es conocedor el ente federativo de lo que
sucedía en torno a este asunto, y nada o
poco a dicho, para que llegue con suficiente amplitud de información a los
interesados, peor. Se me hace difícil pensar que la Federación nada supiese de
lo que se estaba cociendo.
Cualquier aspecto de cambio en la legislación vigente sobre
la caza, tiene que tener la impronta de una decisiva participación de los
cazadores a través de sus órganos de representación.