El Ministerio de la Presidencia y para las Administraciones
Territoriales, ha dispuesto a través de
un decreto la creación de la Ley de
Sanidad Animal que entrará en vigor a partir del 1 de Julio del presente año, por
el cual establece el procedimiento de recogida, transporte, uso y eliminación
de los subproductos no destinados al consumo humano, entre los que se
encuentran aquellos provenientes de especies cinegéticas abatidas por los
cazadores, en las sucesivas cacerías que se han dado.
Justifica esta disposición la necesidad de proceder a cumplir
con lo dispuesto por la Unión Europea en
materia de salubridad del medio ambiente, de forma especial en lo concerniente
a los vertederos abiertos y los residuos que en los mismos se depositan. Una
norma que a pesar de tener vigencia en España no se viene cumpliendo de facto,
y, sí, es verdad que, sobre ella, se ha admitido una cierta permisibilidad con
la intención de ir adaptándose por las partes implicadas, sin traumas, a este tipo de medidas. Parece que toca a su fin esta permisibilidad;
se agota el tiempo de carencia; serán cerrados los vertederos, y, ello puede significar, que para la
temporada 2018/19, los cazadores asturianos tengamos la obligatoriedad
ineludible de resolver un problema, del cual habíamos oído hablar, sin querer
prestarle la debida atención.
Deberemos ser
consecuentes con la situación que se nos puede plantear como definitiva. En la
actualidad, salvo en algunos casos, no hay nada previsto en las organizaciones
gestoras asturianas de caza que facilite la evisceración y despiece de los
animales cobrados, consecuencia de una acción de caza, en las condiciones sanitarias que estable el
protocolo para este tipo de actuaciones. No hay noticias que nos hagan saber,
si las cosas seguirán igual durante un tiempo; si procederemos a eviscerar al
animal abatido, tal y como lo venimos haciendo tradicionalmente, o por el
contrario tendremos que atenernos sin demora a lo ordenado por esta Ley, que tal parece
que, ahora, va en serio. Castilla-León ya ha dado la voz de aviso, cifrando el próximo
día 1/7/18, la fecha de inicio de este proceso.
De llevarse irremediablemente a cabo este tipo de
ordenamiento, significaría un cambio sustancial en los usos costumbres que los
cazadores venimos teniendo. Un incordio tener que trasladar a la pieza a
un lugar determinado, que podría ser una
sala de despiece construida a tales efectos por la sociedad gestora o
conjuntamente con otras, que les preste el mismo servicio; realizar las labores exigidas; esperar a los
resultados de su analítica, etc. Eso en cuanto a la parte que nos toca a los
cazadores.
Pero aún a buen seguro, habrá más. En lo que afecta al costo
que conllevará estas medidas sanitarias, será a costa del sufragio de las bases
de asociados, que verían incrementarse sus cuotas. La parte interviniente sobre
el cuerpo a tratar correrá a cargo de uno o varios profesionales del sector cárnico.
La figura de un Veterinario cobrará
especial relieve por su intervencionismo. Todo ello ha de suponer un gasto adicional
muy importante más que añadir al desembolso crematístico que ha supuesto hasta
entonces, el costo de la jornada de caza.
Así las cosas, estaremos a la expectativa de lo que acontezca;
pero siempre pensando en que más tarde o temprano nos veremos involucrados en
la exigencia de cumplir con esta necesidad que dicta la directiva de la U.E. VEREMOS....