Estupendo ejemplar de jabalí abatido por Joaquin, de la Peña de Caza Tolinas, en el Lote 5 (Coalla), del Coto Social de Caza de Grado-Asturias.
LAS OBCECACIONES DE
ALGUNOS DETRACTORES DE LA CAZA
En esta ocasión la necedad de las inculpaciones
que se hacen contra los cazadores es tal, que resulta preciso posicionarse en la exigencia de adoptar clara
expresión en la respuesta.
En el pronunciado ambiente de descrédito que se
sigue contra la caza, sin que nadie le ponga remedio, no todo
el mundo es igual en el trato, inclusive incluyendo pequeñas parcelas de valor
reconocido a la caza. No obstante y a pesar de ello, la controversia se
encuentra en el primer plano de la
actualidad quedando recogida en algunos medios provinciales en donde han tenido
lugar actos vandalicos, llegando su eco
a ser cabecera de “primera pagina” en algún que otro medio de tirada nacional y
por deriva, recogida en digitales.
Se ha detectado, desde hace tiempo en algunos terrenos
denominados de régimen cinegético de aprovechamiento especial constituidos en cotos
particulares, la aparición en las sendas
rurales de uso público (servidumbres de paso), antaño vías de comunicación, de
transito interior de personas, bienes y cosas; lugares por donde circulan individuos
en bicicleta de montaña, cierres con alambres, tachuelas y objetos punzantes,
con el grave riesgo que estos despropósitos pueden suponer para la integridad
física de los aficionado que practican
el deporte de pedal sobre dos ruedas.
Ante estos hechos que, desde mi condición de
ciudadano de a pié considero punitivos, ya ha habido respuesta; los cazadores somos el foco de atención y todas las miradas se vuelcan sobre
nosotros cuando se trata de buscar culpables. Es la “eterna canción”. El caso
es que suelen saltar espontáneos (as) al ruedo de las difamaciones oportunistas; es el móvil que me ocupa; costumbristas
por otro lado, que se hacen sobre la
actividad venatoria con la pretensión de “apuntarse el tanto” desde el
desconocimiento más supino de este importantisimo eje social que representa el
conjunto de la caza, de etiquetar su arraigada y popular tradición
participativa hacia un espacio destructivo principalmente de la personalidad
del cazador y sobre las propias estructuras
que gestionan y ordenan el sector. Una
oportunidad de oro que les brinda una situación anómala que es urgente
erradicar.
Al
respecto, de todo lo anterior comentado, conviene decir que no es en los Cotos
Sociales, en donde se han producido los hechos denunciados. La titularidad de
la gestión de cotos privados y en
terrenos de propiedad particular dentro de los mismos, son las cabezas visibles
a donde apuntan los dardos inculpatorios de los que sufren estas consecuencias.
Son los “ultra-conservacionistas” los que “aprovechando que el “Pisuerga pasa
por Valladolid”, arrimándose al ruido, arremeten generalizando con furia
denodada contra el conjunto de un colectivo, como es el de los cazadores, por
aquello de “calumnia que algo queda”. He de decir, que esas sendas de uso común cotidiano desde la
antigüedad, en muchos casos han sido cerradas, supuestamente por la propiedad
¿quién sino? me pregunto, al paso de los
viandantes y ciclo-turistas, incluso en ocasiones, con serias advertencias y
amenazas para los que pretendían ser sus usuarios. Me consta, puesto quien aquí
escribe, en mis paseos por la naturaleza próxima
a zonas rurales o en recorridos practicando la caza, ha padecido en reiteradas
ocasiones de este comportamiento y llamado la atención.. Pudiera ser un dato. Por
tanto búsquese la autoría de los siniestros en grupúsculos de otra índole; sin descartar opciones puntuales, que de todas las cepas
tenemos en esta viña.
Se ha indagado (recojo versiones en distintos
medios de comunicación) en los puntos localizados objeto de denuncia, a través
de las pesquisas puestas en marcha por las autoridades correspondientes, sin
que se hayan producido noticias
esclarecedoras que señalen
definitivamente la autoría de estos
actos. Es aquí, por tanto en la investigación de los sucesivos casos que se han
dado en relación con estos hechos, en
donde aún no ha habido imputaciones que determinen supuestos culpables, en donde debemos de poner énfasis y referirnos
a estas acusaciones, tan alegremente adosadas a los cazadores, para mostrar, desde nuestro colectivo, el más
profundo rechazo a este tipo de
imputaciones.