Verdaderamente ¿Cuál es su utilidad? Si de informar se trata y trasladar a la opinión pública las conclusiones de sus numerosas ponencias, es una pérdida de tiempo a la vez que un gasto innecesario. A estas alturas, cualquier buen aficionado a la caza, moderadamente actualizado, es conocedor de la compleja situación que atraviesa el sector y aquellos otros que, por deriva de su actividad y fuerte dinamismo, se puedan beneficiar. Por lo tanto venir ahora con estas, me parece a destiempo, no obstante sus deseos de comunicar a las administraciones públicas, las conclusiones a las que han llegado, es de suponer, con el deseo de que tomen nota y hagan algo.
Lo que se ha debatido, según informaciones recogidas, en el I Congreso Nacional sobre Caza y Desarrollo Rural, cofinanciado por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, celebrado en Toledo durante los pasados días 29 y 30 de Setiembre, en el que han participado distintos estamentos y personas en número de cuatrocientos (nos dicen todo un éxito sin precedentes, ellos sabrán a lo que se refieren)) relacionadas con el sector primario es una “vieja historia” que nos domina, son aspectos obvios, subyacentes, hartamente conocidos, enquistados, pendientes de resolver.
Nada nuevo bajo el Sol de la cinegética. Para este viaje no se necesitaban estas alforjas y ciertos personajes de “ empaque y tronío” dando el “pico” Porque sí que son obviedades hablar de la necesidad de mejorar la imagen de la caza (es una obligación urgente que no admite retrasos). La caza está necesitada de un mayor nivel divulgativo de su buen ejercicio. De todos es sabido que el movimiento cinegético, es para el medio rural un sector económico de primer orden y la importancia de su ejercicio en la relación con la sostenibilidad medio ambiental a través de la regulación de las especies silvestres propias de su actividad.
Otras cuestiones puestas en boca de sus protagonistas (los ponentes) hacen referencia a la falta de un estudio que determine el alcance que para la estadística (Producto Interior Bruto) tiene la creación de riqueza a través de un amplio y variado tejido empresarial. Se sabe que la caza ofrece inusitadas ventajas económicas, pero se desconoce con exactitud cuál es el monto general a las cuentas del estado y el rédito que este recibe. Es hora ya de que las extracciones que afectan a los recursos naturales (la caza es uno de ellos) sean contabilizados con la ciencia y el rigor que el caso merece. Que algunos señores, destacados miembros, de organizaciones Rurales, y otras varias relacionadas con el sector, del Ministerio del Medio Ambiente, de la Federación Española de Caza (su Presidente), Aproca (Asociación de Propietarios Rurales para la Gestión Cinegética) aún, ahora, en este tiempo, carezcan de instrucción sobre datos elocuentes de un sistema productivo de enorme rentabilidad, es un claro síntoma de ineficacia.
Se han comentado en este denominado foro de debate, cuestiones sabidas, muy maniqueas, viejos temas latentes, de plena actualidad, que siempre están en el “tintero”. Han sido, por lo que se desprende, alocuciones reivindicativas de un perfil vetusto, por las muchas veces con anterioridad en que se ha insistido en sus planteamientos y nunca han tenido respuesta. La realidad persistente de la problemática cinegética en lo que afecta al carácter social que la distingue, nos hace ver una pérdida masiva de aficionados, con el deterioro financiero que sufren las sociedades locales de cazadores por este hecho, unido a otros, y un desprestigio social de su acción, Es aquí, principalmente, en donde se encuentra el autentico “meollo de la cuestión”. Si los cazadores acudimos en número suficiente y con intensidad a cazar, muchas de las cosas a que se han referido en este I Congreso Nacional de la Caza tendrían respuesta positiva. Por lo tanto, protéjase al cazador, facilítese su labor, elimínese trabas obsoletas, concédase apoyo a las organizaciones cinegéticas (Sociedades de cazadores) y así irán las cosas mejor.