Faltan en el colectivo cinegético, semblanzas críticas de
construcción precisa y difusión más dinámica. La alternativa es una respuesta
creciente; lo esencial sería la objetividad en la proclamación global, firme, de un mensaje penetrante en la sociedad, de
contenidos mucho más instructores, en búsqueda de la captación de espacios de
máxima audiencia y comprensión en el seno de la sociedad civil española, versus
de un ejercicio de autoafirmación, en contraste con
la radicalidad de ciertos grupos ecologistas y la falta de estimulo
institucional que se exhibe en su contra, que encare con superior decoro la
defensa numantina de una legitimidad que
se siente acuciada, de un sector, el de la caza social, viviendo en la
actualidad momentos de recesión (la expedición de licencias de caza ha caído en
un 30%).
En este campo sectorial que representa la actividad
cinegética, no todo el mundo en los medios temáticos mantiene las mismas posiciones
en el engranaje de las referencias reivindicativas para un gremio que demanda dinamismo regenerativo. En
esta causa de denuncias pragmáticas concretas, hay ausencias notables de
ilustres beneficiarios, actuando como patrones de sus propios blog o canales de
televisión al efecto, convertidos en asociados o empresarios, que no abastecen
a sus crónicas de palabras o imágenes de preocupación con suficiente énfasis, sobre
el actual estado de las cosas y el futuro de la caza.
Seguramente la conveniencia propia, les haya sido más
factible, el haberse dotado de un perfil moderado, de menor intransigencia, por
aquello de las relaciones que mantienen con estamentos cinegéticos de élite e
instituciones públicas. La cuestión es no molestar.
Pero hete aquí, que, alguien, desde su rincón del articulado
seudo-periodístico, por una vez, ha cambiado su discurso costumbrista centrado en conceder someras
explicaciones sobre la mejor
conveniencia en el uso de munición y armamento, dependiendo siempre de la
modalidad de caza y factores incidentes, sobre especies cinegéticas
determinadas, rompiendo, por así decirlo, la tendencia inhibidora, la
complejidad de sus pláticas instructoras.
Lo hace desde su
tribuna, denunciando, por esta vez, aspectos que afligen y perturban gravemente
la salud de una fauna cinegética y protegida, específica, en un territorio asturiano
determinado, donde parece este editor, supuestamente, ha tenido y tiene intereses
de distinta índole, bien sean de tipo político en sus aspiraciones legitimas en
lograr alcanzar el sillón de regidor de aquel municipio, o, bien, simplemente
como cazador local en áreas del Parque Nacional de Reres. Le ha faltado
continuidad como denunciante en la difusión; parece que cierra su tiempo de denuncia, una vez pasado el periodo
electoral y cercenado su posibilidad de auparse a la silla de regidor
municipal. Ha retornado al refugio de sus clases de balística, teóricas y prácticas
y publicidad armamentística, posiblemente con rentabilidad económica, (siempre
vienen bien unas “perrillas”)
No es el único en el mercado de la venatoria que exhibe el perfil de baja o nula demanda crítica; los
hay moderados que hablan y nada dicen en concreto. Es el caso, en lo que a mí
me parece, del director del canal televisivo
CAZA Y PESCA, persona que actúa de moderador en
los diversos debates o tertulias que produce la programación de este
canal. Es cierto que las buenas formas prevalecen y, así, entiendo yo, tiene que ser. Pero media un trecho entre la vacuidad
en el tratamiento del verdadero fondo de
las cuestiones en aras de ser reconocido el programa por una temática expresiva
de escasos conceptos perturbadores a
estamentos o entidades, apartada de aquella otra en donde se abordarían aspectos concretos de
forma más decidida y concluyente; lo que podría ser el testimonio de una mayor
capacidad crítica descriptiva sobre las vicisitudes que atraviesa la caza en su
conjunto, especialmente, la que afecta al cazador de escaso nivel adquisitivo
del que se acuerdan en muy pocas ocasiones, más apegados, a lo que parece, al “terruño” del amiguismo cinegético en el
que se desenvuelven, tal y como nos dan a entender.
Por tanto, los detallados, son dos ejemplos puntuales que
traigo a mención y que bien pudiera sobrevenir otros, pues escritores de oficio,
sin compromiso, en el entorno de la caza, viviendo de ella, pero no para ella,
haberlos hay.