¿Cuál sería
el estado ideal demográfico de lobos en España? ¿En dónde debería estar situado
el límite cuantitativo del número de ejemplares de este animal. si es que debe
de estarlo, para que no interfiera negativamente en las actividades del sector
primario? El lobo, al igual que todas
las especies que habitan en el espacio natural, tiene derecho a ser protegido
por el hombre en la medida en que sea preciso, cuando en algún momento se encuentre
en peligro de extinción. En eso, no tiene que haber distinciones. Por lo tanto,
cumplido el trámite de garantizar su sostenibilidad bajo circunstancias
razonables, no debiera de tener otro
tipo de consideraciones especiales que el resto de la fauna silvestre en cuanto
a regulación proporcionada se refiere.
Lo que me
mueve a escribir en forma de reflexión de un ciudadano de a pie, preocupado y
atento siempre, en la medida que me es posible, en cuanto al nivel demográfico y sus consecuencias que
exhibe el cánido en la actualidad, es la impronta que sus defensores tratan de
trasladar a la sociedad sobre la que aseguran ser beneficioso fomentar a mayores su nivel
poblacional, y la nunca bien entendida desproporcionada protección. Aquí es fácil de interpretar: juegan mucho a
favor de estas intencionalidades, la posible captación de subvenciones públicas
y privadas. Sin duda, todo un verdadero móvil, cuajado de intereses
Perpetuase
muchos lobos en todas partes, no sería de un razonamiento lógico. Referente a la comunidad asturiana, es un
hecho objetivo que hay lobos en nuestro ecosistema en cantidad y calidad suficientes
gozando de buena salud todos sus miembros –lo demuestran sus movimientos cada
día más cercanos a la orilla de los pueblos, en la que dejan su característica
huella de mortandad y la constante de ser vistos en libertad- lo cual
quiere decir que hace tiempo que ha dejado de correr esa senda de deslizamiento
peligroso, si no se hubiese protegido, por la que podría precipitarse al vació
del hecho testimonial de su mínima presencia.
Aquello de
cuantos más lobos mejor ¿hasta qué punto se podrá sostener, si el número de camadas va
en aumento? Es posible pensar que en quince años se haya duplicado la población.
A tal efecto se citan cifras que no son del todo firmes, pero que se asemejan.
Todo es en función del número de individuos de cada clan familiar, algo
complicado de establecer. El Grupo de Trabajo del Lobo, en un censo efectuado a
nivel nacional, estima que en España durante el período 2012/14, habitaban del
orden de 300 manadas fundamentalmente con hábitat en el cuadrante noroeste de
la Península Ibérica. No serían difícil de imaginar las consecuencias
perjudiciales, difíciles de soportar para el sector rural, de llegarse a constituir
asentamientos de este poderoso depredador de la misma densidad, en el resto del
territorio español, sin enemigos que le acosen, gozando del privilegio de
encontrarse situado en lo más alto de la cadena trófica y protección a ultranza.
En una
extensión territorial de 10.000 km. cuadrados como tiene Asturias la densidad del
lobo en la actualidad es sinónimo de graves conflictos, debido a los destrozos
que causan sus ataques, no solo entre la fauna de caza; una realidad que se
hace insostenible, sino que también –y, esto es lo más peligroso-, entre el
ganado doméstico. Si con la actual concentración lobera(40 clanes), son muy
frecuentes en territorio astur los momentos de fuerte tensión reivindicativa de
unos y otros (ganaderos y ecologistas), nada digamos si se produjera una sobredimensión de individuos de esta
especie, que es a lo que se tiende. Para el Gobierno del Principado, supondría
un descalabro económico en sus arcas, obligado como estaría a tener que
indemnizar, en tiempo y forma, a los futuros damnificados y hace frente a la
sensible pérdida de patrimonio público en forma de recursos naturales,
referidos en esta ocasión, a la fauna
cinegética (Venados, Corzos Jabalíes, etc.), convertida en fuente de alimento
del carnívoro.
Cada vez hay
más lobos para regocijo de algunos y en detrimento de otros; es una realidad incuestionable.
Matan ganado para comer, pero también celebran una incomprensible ceremonia de muerte que no es
precisamente para alimentarse. ¿Por qué hacen esto último? He preguntado con machacona
insistencia sobre este proceso, no recibiendo respuestas convincentes que conduzcan
a nada esclarecedor. ¿Sera el instinto de su naturaleza que les hace ser así?
¿Cuándo debe
de finalizar su periodo de consolidación en número de ejemplares? Al respecto
nada se dice, aunque se intuyen las intenciones. Una cabaña lobera muy superior a la actual, del orden de la
descrita, batiendo territorio astur en busca de comida, no sería oportuno,
tampoco conveniente sostenerla, si se ha de tener en cuenta los perjuicios que se derivasen de una anómala situación asentada.
Hay organizaciones ecologistas con pretensiones de colonizar espacios de otras
regiones con este cánido, donde nunca
antes estuvo, ni se le espera y, además ¿para qué? ¿Qué necesidad habría de
tener tanto lobo? Con lo cual el conflicto se serviría a la carta. No parece
que este recurso natural, constituido por los animalistas como verdadero icono
de su movimiento conservador, tenga razones objetivas que se puedan justificar
para su aplicación. No se entiende la necesidad que esgrimen. Tener muchos
Lobos no es imprescindible; se deben de atender otras prioridades. El programa
consiste en proceder a extraer en vivo excedentes de cupo, allá donde fuera
posible hacerlo, e introducirlo en espacios vírgenes, o aquellos otros sin
vestigios desde la antigüedad, de la
presencia de este formidable depredador.
¿Debe
campar el Lobo Ibérico sin control de su densidad a lo ancho y largo de todo el
ecosistema peninsular ibérico? Es evidente que debe de tener espacio. Sin
embargo, pretender mantenerlo en otras áreas en la cuantía de ejemplares que luce en el Noroeste español, en la Cordillera
Cantábrica y en áreas Castellano-Leonesas –se especula con la posibilidad de
2.500 ejemplares, quizás mas-, pudiera llegar a constituirse en un foco de permanentes enfrentamientos ¿Cómo nos imaginaríamos una situación de 20, 30, 40 mil lobos campeando sin cesar en
busca de avituallamiento a lo largo y ancho de la geografía española?